lunes, 12 de septiembre de 2016

Géneros y subgéneros literarios


Los géneros literarios


Los géneros literarios son los distintos grupos o categorías en que podemos clasificar las obras literarias atendiendo a su contenido.
Puede resultar sorprendente que aún se utilice la primera clasificación de los géneros, debida a Aristóteles, quien los redujo a tres: épica, lírica y dramática. Hoy se mantiene esencialmente la misma clasificación con distintos nombres (narrativa, poesía y teatro), pero la evolución de los gustos y modas estéticas ha provocado que en muchos textos modernos resulte difícil fijar rígidamente los límites entre lo puramente lírico, lo narrativo o lo dramático.

GÉNERO LÍRICO: Los textos líricos expresan el mundo subjetivo del autor, sus emociones y sentimientos, o una profunda reflexión. Suele escribirse en verso pero también se utiliza la prosa.

GÉNERO ÉPICO: Relata sucesos que le han ocurrido al protagonista. Es de carácter sumamente objetivo. Su forma de expresión fue siempre el verso, ahora se utiliza la prosa.

GÉNERO DRAMÁTICO: Obras escritas en forma de diálogo y destinadas a la representación. En ellas el autor plantea conflictos diversos. Pueden estar escrito en verso o en prosa.

Subgéneros Líricos
Oda: Composición lírica en verso, de cierta extensión y de tema noble y elevado.
Himno: Composición solemne que expresa sentimientos patrióticos, religiosos, guerreros...
Elegía: Composición lírica que expresa sentimientos de dolor ante desgracias individuales o colectivas.
Égloga: Composición poética de sentimientos amorosos y de exaltación de la Naturaleza, puesta en boca de pastores.
Canción: Expresa habitualmente emociones de tipo amoroso.
Sátira: Composición lírica, en verso o en prosa, que censura vicios individuales o colectivos.
Epigrama: Poema mordaz, agudo y conciso, generalmente escrito en verso. En Roma se desarrolló el epigrama como una breve sátira en verso que acababa con alguna expresión punzante.


Subgéneros épicos
La epopeya: Narra una acción memorable y de gran importancia para la humanidad o para un pueblo.
Poema épico: Relata hazañas heroicas de un héroe nacional con el propósito de exaltar los valores de la nación. Los creados en la Edad Media se conocen como Cantares de gesta; de tradición oral, se componían para ser cantados por juglares o por los propios trovadores.
El romance: Narración en versos octosílabos con rima asonante en los pares, que describe acciones guerreras, caballerescas, amorosas...
La fábula: Relato en prosa o en verso de una anécdota de la cual puede extraerse una consecuencia moral o moraleja; sus personajes suelen ser animales.
La epístola: también escrita en verso o en prosa, expone algún problema de carácter general.

Entre los subgéneros narrativos en prosa encontramos
:
El cuento: Narración breve de un suceso imaginario y con argumento muy sencillo. Aparecen en él un reducido número de personajes que participan en una sola acción con un solo foco temático. Aunque tradicionalmente poseía una intención moralizante, hoy su finalidad suele ser provocar en el lector una respuesta emocional.
Apólogo: Relato breve de finalidad didáctico-moral.
La leyenda: Narración breve basada en un relato tradicional de carácter misterioso, sobrenatural o terrorífico.
La novela: Su auge en los siglos XIX y XX ha sido tal, y sus variantes tan dispares, que resulta difícil una definición rigurosa. Suele entenderse por novela una narración extensa en prosa, con personajes y situaciones reales o ficticios, que implica un conflicto y su desarrollo que se resuelve de una manera positiva o negativa. Es un relato largo, aunque de extensión variable, con un argumento mucho más desarrollado que el del cuento. Y, a diferencia de lo que sucede con el cuento, al lector le importa no sólo lo que ocurre a los personajes, sino también lo que piensan y sienten, cómo evolucionan espiritualmente y cómo influye en ellos la sociedad donde viven.
Existen varios tipos de novelas: realista, histórica, picaresca, intelectual, psicológica, policíaca, terror, ciencia-ficción, gótica, rosa, sentimental, pastoril, caballerías, picaresca...

Subgéneros Dramáticos:
La tragedia: Es la representación de terribles conflictos entre personajes superiores y muy vehementes, los cuales son víctimas de un destino ineludible; suele acabar con la muerte del protagonista.
La comedia: Es la representación, a través de un conflicto, del aspecto alegre y divertido de la vida, y cuyo desenlace tiene que ser feliz.
El drama: Es la representación de problemas graves, con intervención, a veces, de elementos cómicos, y su final suele ser sombrío.
Ópera: Composición dramática, en la que los personajes cantan íntegramente sus papeles, en lugar de recitarlos.
Zarzuela: Obra literario-musical, genuinamente española, en la que se combinan escenas habladas y cantadas. Suele reflejar vivos cuadros de costumbres, preocupaciones populares, sátiras políticas.
Paso, entremés y sainete: Piezas breve en un acto, en prosa o en verso, de tema ligero. El origen del sainete se encuentra en la tradición popular y posee un humor festivo y picaresco. Solía representarse en los entreactos de obras mayores. El sainete deriva del entremés y del paso y acentúa lo humorístico y popular de este último.
Auto sacramental: Obra de carácter alegórico que trata sobre un dogma de la Iglesia católica y tiene como fondo la exaltación del sacramento de la Eucaristía.
Melodrama: Nombre que en el siglo XIX recibían determinadas obras dramáticas de tipo folletinesco, convencional, caracterizadas por sus fáciles concesiones a un público sensiblero.

Existen otros géneros literarios como son:
La oratoria: De carácter oral, pretende convencer a un auditorio. La forma más habitual es la conferencia, exposición personal de un tema cualquiera.
La historia: Narración objetiva de hechos reales. Formas habituales son la biografía (narración de la vida de una persona) y la autobiografía (relato de la propia vida).
La didáctica: Tiene la finalidad de enseñar. Algunos subgéneros didácticos son:
El ensayo: Es el subgénero didáctico más importante en la actualidad; escrito siempre en prosa, consiste en la exposición aguda y original de un tema científico, filosófico, artístico, político, literario, religioso, etc. con carácter general, es decir, sin que el lector precise conocimientos especiales para comprenderlo.
 La crítica: Analiza y valora las obras o las acciones realizadas por otras personas.

Fuente: editado

jueves, 1 de septiembre de 2016

Pablo Neruda



(Seudónimo de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto) Poeta chileno, premio Nobel de Literatura en 1971 y una de las máximas figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX. A la juventud de Neruda pertenece el que es acaso el libro más leído de la historia de la poesía: de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924), escrito a los veinte años, se habían editado dos millones de ejemplares a la muerte de su autor.

Nacido el 12 de julio de 1904 en Parral, en la región chilena de Maule, la madre del poeta murió sólo un mes más tarde de que naciera él, momento en que su padre, un empleado ferroviario, se instaló en Temuco, donde el joven Pablo Neruda cursó sus primeros estudios y conoció a Gabriela Mistral. Comenzó muy pronto a escribir poesía, y en 1921 publicó La canción de la fiesta, su primer poema, con el seudónimo de Pablo Neruda (en homenaje al poeta checo Jan Neruda), nombre que mantuvo a partir de entonces y que legalizaría en 1946.

También en Temuco comenzó a trabajar en un periódico, hasta que a los dieciséis años se trasladó a Santiago para cursar estudios de profesor de francés. Allí se incorporó como redactor a la revista Claridad, en la que aparecieron poemas suyos. Tras publicar algunos libros de poesía, en 1924 alcanzó fama internacional con Veinte poemas de amor y una canción desesperada, obra que, junto con Tentativa del hombre infinito, distingue la primera etapa de su producción poética, señalada por la transición del modernismo a formas vanguardistas influidas por el creacionismo de Vicente Huidobro.

Los problemas económicos indujeron a Pablo Neruda a emprender, en 1926, la carrera consular que lo llevó a residir en Birmania, Ceilán, Java, Singapur y, entre 1934 y 1938, en España, donde se
relacionó con Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego y otros componentes de la llamada Generación del 27, y fundó la revista Caballo Verde para la Poesía. Desde su primer manifiesto tomó partido por una «poesía sin pureza» y próxima a la realidad inmediata, en consonancia con su toma de conciencia social. En tal sentido, Neruda apoyó a los republicanos al estallar la guerra civil y escribió España en el corazón (1937).

De regreso en Chile, en 1939 Neruda ingresó en el Partido Comunista y su obra experimentó un giro hacia la militancia política. Esta tercera etapa, que tuvo su preludio en España en el corazón (1937), culminaría con la exaltación de los mitos americanos de su Canto general (1950). En 1945 fue el primer poeta en ser galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Chile. Al mismo tiempo, desde su escaño de senador utilizó su oratoria para denunciar los abusos y las desigualdades del sistema. Tal actitud provocó la persecución gubernamental y su posterior exilio en Argentina.

De allí pasó a México, y más tarde viajó por la URSS, China y los países de la Europa del Este. Tras este viaje, durante el cual Neruda escribió poemas laudatorios y propagandísticos y recibió el Premio Lenin de la Paz, volvió a Chile. A partir de entonces, la poesía de Pablo Neruda inició una nueva etapa en la que la simplicidad formal se correspondió con una gran intensidad lírica y un tono general de serenidad; el mismo título de una obra central de este periodo, Odas elementales(1954-1957), caracteriza los versos de aquellos años. En 1956 se separó de su segunda esposa, Delia del Carril, para unirse a Matilde Urrutia, que acompañaría al poeta hasta el final de sus días.

Su prestigio internacional fue reconocido en 1971, año en que se le concedió el premio Nobel de Literatura. El año anterior Pablo Neruda había renunciado a la candidatura presidencial en favor de Salvador Allende, quien lo nombró poco después embajador en París. Dos años más tarde, ya gravemente enfermo, regresó a Chile. Falleció en Santiago el 23 de septiembre de 1973, profundamente afectado por el golpe de estado que, doce días antes, había derrocado a Salvador Allende.